Ayudemos a destilar armonía y equidad con la aromaterapia – segunda parte

Como ya explico en mi artículo anterior, hoy es más necesario que nunca que las aromaterapeutas convoquemos a la naturaleza a través de los aceites esenciales más sanadores, para ayudar a nuestro país a destilar las mejores energías, que ayuden a armonizar las mentes y el cuerpo social y se logren nuevos pactos que devuelvan la armonía a esta sociedad herida por inequidades, frustraciones y descontento.

Ante la contingencia que todos estamos viviendo estoy recomendando aceites esenciales para ayudarnos a destilar lo mejor de nosotros mismos en estos tiempos difíciles, pero que también pueden ser fecundos de nuevas ideas, nuevas interrelaciones humanas, nuevos tratos para lograr más igualdad, dignidad y fraternidad.

En este segundo artículo de la serie les propongo otros aceites que no pueden faltarnos en los tiempos que estamos atravesando. Se trata de aromas que actúan sinérgicamente: los pares y tríos aromáticos que impulsan a las buenas interrelaciones.

El Mirto con el Geranio: al esparcirlos en el ambiente se inhala un hálito leve de hojas y flores que se mecen con nuevos aires, alivian las ansiedades y van dejando a través de su lenguaje silencioso una estela fragante, disolviendo el desasosiego de la casa, dejando un ambiente relajado, más amoroso y amistoso, como si fueran aliados y compañeros.

La Nuez moscada con el Frankincienso son los más sagrados, nos hablan de armonía, son los ceremoniosos y que invocan a los ritos para lograr llegar a una solución equitativa para todos. Ambos son aromas meditativos que visualizan y fortalecen todos nuestros sentidos.

La Angélica, el Cedro atlas, y el Patchouli son los acompañantes de las familias solas, estresadas y complicadas. Con su aroma en un difusor evitan sentir la rabia y las malas influencias. Estos aromas son los guías y consejeros de sus hogares y en el hogar mayor también, que es el país de todos.

El Fir (Abeto siberiano) y el Loto El Fir es un árbol que se mantiene siempre vivo, proviene de los lugares helados del mundo, su fragancia nos entrega un ejemplo estoico, que llama a la cordura y a las buenas decisiones. Es al aroma que abre las puertas a un diálogo sustancial. Y el Loto es un aroma que alberga a los dioses y diosas de todas las religiones. Es el aroma de los umbrales, que impregnan la morada de hospitalidad. Ambos juntos producen un analogía simbólica de armonía con la humanidad.

Como ya explico en mi artículo anterior, muchos de estos aceites esenciales están mencionados en mi libro Plantas chamánicas, donde ahondo en sus beneficios para nuestras psiquis. Y por supuesto, no debemos olvidar que noviembre es el mes de los espíritus, de nuestros ancestros. Pongamos aromas en nuestros hogares para que nos acompañen y ayuden a continuar un linaje sano, próspero y más equitativo.

Los vuelvo a abrazar a todos

Sylvia Galleguillos
Osmanthus Aromaterapia
Nueva costanera 3355
228850799
Santiago

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